Ullibarri Gamboa in the Mist

Ullibarri Gamboa in the Mist

Ullibarri Gamboa in the Mist

Ullibarri Gamboa in the Mist 1024 767 BlackEarth Sindustries

No es la primera vez que Biking Hell hace esta ruta (de hecho es la cuarta ya). Pero algo en nuestro interior nos decía que había que repetir. Y es que rodear el embalse de Ullibarri-Gamboa es siempre buena idea, porque los escenarios son tan cambiantes dependiendo de las circunstancias, que siempre parece como la primera vez.

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Puente del embalse de Ullibarri-Gamboa disolviéndose en la niebla invernal

En este caso, nos acompañaban dos Guest Stars que ya han estado con nosotros en el pasado, Shaila y Aitor. Compañía excelente, gran conversación y actitud anti-récord les convierten a ambos en la perfecta adición al equipo de Renuente y Starman.

 

Niebla, frío y flotabilidad en Ullibarri-Gamboa

El escenario era muy diferente al de otras visitas. Invierno (enero para ser exactos), frío importante aunque no bestial y una niebla muy densa pronosticaban una ruta difícil y cuando menos surrealista. La bici del Renuente está un poco hecha unos zorros y hubo que hacer parada para de paso meternos un caldo entre pecho y espalda.

Aún así la niebla que se fue disolviendo a lo largo del corto día invernal, proporcionó una sensación fantasmagórica durante toda la ruta que provocó auténticos viajes astrales entre los participantes y se convirtió sin duda en una de las rutas más sensoriales de Biking Hell hasta la fecha.

 

Después de la parada, rodeamos el embalse en sentido antihorario desde Landa, haciendo un ocho que se antojaba dudoso porque la última vez, la pasarela clave estaba desmontaba por la falta de nivel de agua. En este caso tuvimos suerte ya que estaba al 85%.

Barro y vacío cósmico

Y del resto del recorrido poco más se puede decir. No sólo era diferente por la niebla y el clima, sino que siempre sorprende porque el tipo de pista cambia muchísimo, más si cabe si hay humedad. La verdad es que hubo momentos en los que los llevaban bici analógica las pasaron canutas para avanzar.

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El tramo entre el embarcadero de Zuhatza y Nanclares de Gamboa estaba particularmente embarrado

Pero sin duda el momento más mágico de la jornada se produjo al atravesar el largo puente que cruza el embalse. Era el comienzo de la ruta y la niebla estaba muy presente, así nos encapsulaba un vacío cósmico en el que solo existíamos la niebla, el puente y nosotros.

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Shaila disolviéndose en el puente

Después de cruzar el puente en la niebla, avanzamos hasta la pasarela flotante y el día se mostró cada vez más despejado y la ruta, aunque interesante, se tornó prosaica en comparación.

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Pasarela colgante necesaria para completar el 8 y recorrer el embalse al completo

Llegamos a la playa de Garaio, o playa de Gasteiz y finalmente hicimos una parada en condiciones, aprovechando que el día había levantado definitivamente.

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Las bicis descansan a los pies de la playa de Gasteiz

Rodeamos el embalse por el sur y nuestra ruta nos llevó de vuelta al puente, ahora despejado.

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Puente casi sin niebla

Finalmente cerramos la ruta por el norte, disfrutando la mayoría del resto del camino de senderos muy gozosos. Fin.

Altamente recomendable intentar esta ruta en invierno, pero hay que ir bien preparados, hasta las barbas se le congelaron al Renuente.

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