Kaiola Festibala, el secreto muy bien guardado

Kaiola Festibala, el secreto muy bien guardado

Kaiola Festibala, el secreto muy bien guardado

Kaiola Festibala, el secreto muy bien guardado 1024 768 BlackEarth Sindustries

Hace un par de años me llegó una captura de un festival que se organizaba (de todas las más improbables ciudades de Bizkaia, en Galdakao), el Kaiola Festibala. Contaba en su cartel nada más y nada menos con Attila Csihar de la polémica banda noruega de Black Metal Mayhem, haciendo experimentos con sus voces o Alexander Hacke de Einstürzende Neubauten. Artistas con un legado importantísimo en la música moderna, pero que a nivel individual movían como mucho a docenas de personas en la provincia. Proyectos todos de índole experimental que costarían una fortuna ver en directo por separado, y cualquiera que quiera ver más allá de la música moderna tradicional saltaría a la oportunidad de asistir. Más aún de saber que existía porque el coste de la entrada era y es ridículo. Una oportunidad de oro entonces para para los amantes de la música aventurera. Gracias al sorprendente y de agradecer apoyo del ayuntamiento de Galdakao, los organizadores se pueden permitir del lujo de haber traído en el pasado a los mencionados así como a Stephen O’Malley de Sunn O))) o otros que ni siquiera conozco.

La cosa es que es un secreto demasiado bien guardado. Ha pasado por debajo del radar de mi programa de radio y por el de personas que estaban interesadas en los géneros marcianos y polirrítmicos que aquí se presentan. Pero este año parece que han dado un paso adelante y la buena nueva ha llegado más lejos que nunca porque se pudo a gentes de Madrid y más allá que lógicamente vinieron a probar con artistas experimentales que desconocían junto a Camae Ayewa (Moor Mother) y el proyecto que desde la sombra lidera de Free Jazz Político Irreversible Entanglements. Acompañándola, la local Garazi Navas y su increíble uso del acordeón (y por momentos la voz), Fujiiiita y su Glitch orgánico con instrumentos fabricados por él, la improvisación abrasivísima de Tashi Dorji y Maria Bertel y la genialidad entre Gospel, Free Jazz y electrónica experimental de Ben Lamar & The Gay Ensemble.

Locuras para todos los públicos en Kaiola Festibala

Y ahora un espacio para cada concierto que sucedió en la Kultur Etxea de Torrezabal. Es muy importante destacar que las referencias que se usarán aquí son personales y sujetas a una subjetividad absoluta. Mi buen amigo Mikel Vega (Loan, Conteiner) músico experimental que espero ver algún día en este encuentro, me dijo muy acertadamente sobre mi comentario respecto a un disco que había publicado: «Es curioso como la gente tira de referentes personales en la música experimental». Y es cierto, más si cabe cuando en mi caso llevo bien poco hurgando en estos terrenos más allá de ciertas querencias por bandas como Scorn o Main (wink wink).

Garazi Navas

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Garazi Navas Kaiola Festibala

Una especie de híbrido entre Nico (en vez de Harmonium, acordeón). Eso e lo primero que pensé al verle tocar. Curiosamente, no es la primera vez que asistía a un concierto suyo. Gracias a mi compañero de andanzas Juantxu Domenech (Amphetamine Onanism, Domenech, Gravelbed, Mutilated Judge) he descubierto muchísima música experimental y/o noise local. y fue en una minigira que organizó con las dos Garazis, (Navas y Gorostiaga) y Tube Tentacles que pude incluso compartir escenario con ella. Me dejó descolocado más aún con las intervenciones de Ibon RG, pero ayer fue todo más sobrio, mas centrado y con un una acústica espectacular.

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Tocó sin amplificar ni voz ni instrumento y fue inquietante de la mejor manera posible, como si estuviera exorcizando mil demonios. Con un manejo de la voz (es directora de coros) espectacular, los silencios se llenaban del tocar de las teclas del instrumento, el feedback/sustain (perdónenme, pero creo que es lo mejor que tiene ese aparato). Entre espasmos sacaba sonidos del instrumento desconocidos, provenientes de un vértice al otro lado del agujero negro de nuestra conciencia. Tiene que ser interesante ver en directo lo que pasa por la cabeza de esta mujer cuando interpreta, porque a veces que parece que se va a resquebrajar enfrente tuyo.

Fuji|||||||||||ta

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Fuj|||||||||||ta en Kaiola Festibala

Músico japonés totalmente desconocido para mí. Se presentaba como experimental con sonidos de campo e instrumentos creados por él. Empezó manipualndo una especie de carcasa de cohete/torpedo (que al final resultó ser el bubo de órgano de una iglesia) como si fuera un theremín percusivo. Lo que surgía de ahí eran ritmos caóticos pero intensos y envolventes al límite del ruido. Un aura Glitch que a veces parecía que estaba sacando el aire de la habitación protagonizó buena parte de la velada. En algunos momentos daba la sensación de estar soldando el cohete en marcha camino al objetivo. Cosas que se me pasaron por la cabeza: Oval y Pansonic pero en orgánico.

Fuj|||||||||||ta en Kaiola Festibala

A medida que avanzaba el concierto empezó a usar una especie de cuenco tibetano y una coctelera extraña que, manipuladas, hacían parecer que el mundo (gracias a las proyecciones) se veía a través de una televisión llena de ruido blanco y estático de los 50. Para lo árido de la propuesta quizá se extendió demasiado aunque esa vuelta al sonido del principio con las voces demenciadas llenas de delay le añadió un extra interesante.

Tashi Dorji & Mara Bertel

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Tashi Dorji y Maria Bertel en Kaiola Festibala

Tashi Dorji, un guitarrista de origen Butaní que siguiendo las enseñanzas de Thuston Moore de provocar el público maltratando la guitarra con un arco de violín o con las manos se juntó ayer con la músico experimental Mara Bertel (Fire! Orchestra, Selvhenter, Solhorn, Vladislav Delay Quintet) usaba el trombón con pedales de distorsión de manera que lo que se escuchaba eran sonidos subterráneos como de las entrañas de la tierra en una zona volcánica a punto de estallar. Magnifica sonidos de metal y respiración aparentemente incidentales, tomando inspiración de la música de ruido para ampliar las limitaciones de su instrumento.

Los dos juntos sonaban a máquinas desvencijadas de una industria que no existe. Una nave con ecos de actividades fabriles en un siglo de inteligencia artificial. Sin duda el concierto más difícil de digerir pero de los dos músicos presentes fue Maria Bertel la que más atención sugirió. La cantidad de líquido transparente que soltaba me dejó descolocado. Resultó ser saliva, no sé como no acabó en una ambulancia con suero en vena deshidratada. Jamás habría pensado que esos instrumentos tenían un desagüe.

Ben Lamar Gay Ensamble

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Ben lamar gay ensemble Kaiola Festival

Sin duda el sorpresón del festival. La cantidad de estilos a los que apuntaba su free jazz era desconcertante. Partes vocales mágicas que recordaban al Gospel de la época pretérita de los campos de algodón y las cuerdas de presos del sur profundo. Una musicalidad y groove que te ponía moviendo los pies sin darte cuenta y algo de electrónica y sonidos pregrabados que le añadía un poco de mugre oscura al proceso. Cuando eran rítmicos y canónicos eran un placer de ver, pero eran eran mejores cuando sonaban minimalistas y construían las canciones como un puzzle cinemático. Siendo de donde soy, no tengo el derecho de hablar con propiedad de estos temas, pero, no podía evitar imaginar los momentos vocales como fantasmas de la Norte América esclavista con cantos venidos del submundo.

Y qué decir del momento en que todos los músicos sacaron unas campanas y empezaron a agitarlas con un acierto rítmico espectacular reverberando y dando feedback a través del micrófono. Será que estoy obsesionado con el Glitch, pero es que me volví a sentir en un mundo en el que la música acústica participada de ese género tan electrónico. El final cacofónico fue perfecto y los músicos, insisto, soberbios.

La verdad es que me encuentro escuchando un disco suyo en casa (En la madrugadaaaaa) y esa aura Gospel me está entrando hasta el fondo de los huesos. Esa actitud no ya sólo sonido de transmisión y adaptación de fantasmas pasados al futuro. Sus palabras son mejores que las mías para describir lo que hace: “Construir un idioma, o tomarse un tiempo para construir un idioma, es como cualquier otra cosa”, dice Gay. “Estas historias se transmiten a través de la melodía. Escribes una historia y la compartes con individuos, y luego permites que su individualidad embellezca la historia y la lleve de otra manera. Esa persona es un universo entero. Se trata de confiar en estas personas: confiar en la gente a la que le dejas algo, tal como la gente confía en que sus hijos y nietos continúen con algo. No darlo todo. Mantenerlo en este cuerpo estrechamente unido y simplemente seguir adelante.”

Irreversible Entanglements

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Irreversible Entanglements en el Kaiola Festibala

Terminamos el festival con mi estimada Moor Mother,(le adoro en su lado más ruidero y metalizado con colaboraciones con Justin Broadrick y Kevin Martin en Zonal, con Dj Haram en 700 Bliss o el último álbum lanzado con los metaleros Sumac) aquí como parte del colectivo de Free Jazz Irreversible Entanglements. Poliédrico, con músicos que se salen de las mil órbitas de todos los sistemas solares y con una Cameya de directora de orquesta, metiendo voces agresivas que llamaban a la inacción, a la revolución que ya nunca ocurrirá, al pasado esclavista de Europa mientras agitaba distintos instrumentos percusivos. Muy oscuro con un aire noir/beat maravilloso.

Admito que tanto experimentalismo me cuesta digerir, aún con las ventajas (y peligros) de estar sentado en una cómoda butaca de cine. Pero había que estar hasta el final y cuando ya las fuerzas me fallaban, la intensidad de Irreversible Entanglements entró en una especie de epicidad cósmica y me activó hasta el final del concierto en un orgasmo sónico que significó este giro hacia el jazz más bizarro de este veterano festival que poco a poco deja de ser el secreto mejor guardado.

No puedo cerrar este artículo sin el momento, fan. En cuanto puse los ojos en Moor Mother, me dije, hay que sacarse una foto. Y una vez que via a Ben Lamar en directo, lo mismo. Más majos no podían ser