Penance & Joy, vuelta al macizo del Gorbea

Penance & Joy, vuelta al macizo del Gorbea

Penance & Joy, vuelta al macizo del Gorbea 960 720 BlackEarth Sindustries
Penance & Joy, vuelta al macizo del Gorbea

La vuelta integral al macizo del Gorbea es una ruta que teníamos pensada desde hace mucho tiempo. Por sus características: 52 km, 1.400 mts de desnivel y alta montaña. Requería del día apropiado: largo, seco y con buen tiempo. Con lo complicado que está siendo hacer rutas en Biking Hell, los astros se alinearon el pasado 7 de septiembre.

Esta ruta rodea el parque del Gorbea, la cima más alta de toda Vizcaya. En su mayor parte ciclamos lejos de la civilización, por lo que es indispensable afrontarla con el equipo en perfecto estado, agua y provisiones de sobra. Y, sobre todo, un poco de suerte para ahuyentar cualquier percance inesperado. Ya conocemos la afición al downerismo de Biking Hell.

Empieza uno de las rutas más épicas de Biking Hell

Así que nos plantamos en Murgia, desayunamos e iniciamos la ruta. La primera parte, de asfalto, recorre el límite sur del parque natural del Gorbea, en las estribaciones de la llanada Alavesa, pasando por las localidades de Zarate, Manurga y Murua. A partir de aquí, seguimos la pista que remonta el río Zubialde, pasando por los embalses del Gorbea y las canteras.

El Renuente junto al Embalse del Gorbea

Avanzamos a buen ritmo, pero gestionando bien la batería. Seguimos camino en dirección a las praderas de Lisaranda donde cogemos el desvío (un poco escondido, cuesta encontrarlo ) hacia el bosque de hayas de Austeritza. Lo atravesamos descendiendo 150 gozosos metros hasta alcanzar el río Undabe. Lo cruzamos y empezamos a remontarlo. Tras un fuerte repecho con firme de hormigón, la pista avanza entre bosques con maquinaria forestal trabajando. El camino es cada vez peor y nos toca sufrir un buen tramo hasta que al fin salimos al punto alto de las campas de Arimekorta. Un sitio espectacular a los pies del pico Aldamín, junto a Tejos centenarios.

Hayedo-Austeritza-Biking-Hell
Hayedo de Austeritza

 

La ruta nos da otro respiro, descenso por pista de hormigón hacia el embalse de Lanbreabe donde hacemos parada corta para reponer fuerzas. El siguiente tramo nos lleva por media ladera por debajo de las campas de Arraba, Lekanda y Pagomakurre. El firme es pedregoso, pero ciclable en general, excepto algún repecho de piedros gordos y sueltos.

Continuamos sin demasiados desniveles hasta una zona de bosque de pinos y pronto alcanzamos la carretera que sube a Pagomakurre. Un repecho más y llegamos al aparcamiento y parque y nos tomamos un descanso mientras el Renuente, típico en él, se encuentra con Kepa, guitarrista de Braulio y Norman al que no ha visto desde 2015 en el mismo parking.

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Kepa y El Renuente

 

Clásico ascenso desde Pagomakurre

A partir de ahora terreno conocido. Subida a campas de Arraba y más allá. Cuestón tantas veces sufrido y ahora, gracias a la energía acumulada en nuestras máquinas, mucho más disfrutable.

Campas de Arraba

Atravesamos campas de Arraba y nos dirigimos al paso de Aldape. El camino se empina estrecha y se llena de rocas. Uno de los pocos puntos de la ruta donde debemos echar pie a tierra. El renuente, jura y blasfema.

Impresión artística del Renuente por el paso de Aldape

Salimos a las campas de Eguiriñao. A nuestro frente Gorbea y Aldamín. A nuestro alrededor las ovejas nos ignoran y un perro pastor nos olisquea. Buscamos el rocoso camino que nos lleva al pastizal de Sapolarra y enfrentamos la última ascensión importante de la ruta.

Después, una pista pedregosa nos lleva próximos a la cima del Ipargorta. Es el punto más alto de la ruta y aprovechamos para hacer la parada, comer el sandwich y disfrutar de las vistas. Cerca de nosotros, la cumbre nos llama y decidimos subirla. Ese pequeño desnivel nos recompensa con unas magníficas vistas del macizo de Itxina.

Hora de bajar. Continuamos hacia el collado de Austingarmin bajando por una pista empinada y pedregosa. Uno de los momentos más duros junto al cruce los Alpes. Después, rodeamos el monte Usategieta por camino incómodo y al fin a media ladera el terreno se convierte en pradera herbosa y bajamos alegremente hacia el menhir de Arlobi.

Menhir de Arlobi

Un poco de descenso más y alcanzamos el río Baias. Se nota que volvemos a la civilización. La pista se vuelve más ancha y en mejor estado. Descendemos rápidamente y, cuando ya estamos anticipando el final del día, la ruta nos da una última sorpresa. Una piscina natural del río nos invita a darnos un chapuzón. Tras ser tentado, El Renuente acepta la invitación y Starman, todo envidioso, se baña también. Fresquitos y a gusto recorremos a buen ritmo los últimos kilómetros.

Embalse del placer

Una de las rutas más épicas de este año. Os dejamos con una bonita foto costumbrista de una manada de vacas que nos detuvo brevemente el camino. Si pulsais con el ratón tendréis el relive para verlo todo en maravilloso 3D