La más reciente aventura de biking hell en tierras salmantinas. Cinco días de ciclar en los que hemos batido nuestro récord de distancia con un total de 256 km. Récord de tiempo sobre la bici con un total de 30 horas. Casi no nos ha quedado tiempo libre. Y récord también de ruta más llana: 109 m de desnivel en un recorrido de 63 km.
I Terminando con los últimos tramos del Canal de Castilla: Ramal de Campos
De camino a Salamanca hicimos esta ruta por el canal de Castilla, concretamente el ramal de Campos. Comenzamos en la localidad de Grijota, que ya conocíamos de nuestra primera gran aventura cuando recorrimos el ramal Norte del Canal de Castilla: Avanzamos por las pistas de un canal de riego que atraviesa la llanura más llana de todas las llanuras que hemos llaneado (perdón por la hiper-redundancia).
Llegamos a la laguna de la Nava de Fuentes también conocida como Mar de Campos. Una laguna esteparia que llegó a ocupar 5.000 hectáreas y que en el momento de nuestra visita era apenas una charca. Continuamos hacia la localidad de Fuentes de Nava donde conectamos con el Ramal de Campos. A partir de ahí 30 kms de caminos de sirga ,sufriendo a menudo el viento en contra, y visitando la localidad de Becerril de Campos y la esclusa triple de Grijota donde el Ramal de Campos se une al Ramal norte.
La ruta en si mismo fue un poco prosaica y no podemos destacar gran cosa más allá de lo sufrido que es ir por un canal con el viento en contra y lo lógico que es que hayamos dejado esto para el final. De hecho se podría afirmar que la ida por pistas fue mucho más interesante que el canal en sí. Eso si la triple esclusa fue un highlight que nos recordó a los comienzos de los post de Biking Hell con la ruta del Canal de Castilla.
II Ledesma: Bajando un poco el tono
Después del intenso día anterior, elegimos la ruta más «suave» de todas las planeadas. 46 km con 460 mts de desnivel. Comenzamos en el bonito pueblo de Ledesma. Avanzamos por las dehesas que lo rodean, tierra de encinas y ganado, hasta encontrar de nuevo el rio Tormes, majestuoso en este tramo.
Balneario de Ledesma
Allí se encontraba el Balneario de Ledesma: un balneario/viejódromo lleno de ancianos que parecían muy contentos de estar allí. Tenían mercadillos callejeros, caminos con nombres romanos, termas, de todo. La verdad es que se estaba muy a gusto. Tentados estuvimos de quedarnos.
Cruzamos el río y continuamos por la margen derecha del Tormes visitando los pueblos de Juzbado y Almenara de Tormes, donde hicimos parada para el bocadillo. Seguimos en dirección Noroeste atravesando extensas zonas de cultivo hacia San Pelayo de Guareña. Recorrimos la ribera de Cañedo donde nos encontramos con una planicie cerealista.
Ondulaciones del encinar, afloramientos rocosos que acompañan a la encina, el quejigo, al roble melojo, al alcornoque, todo ello dibuja un paisaje al que Biking Hell está acostumbrado pero del que no se cansa. A continuación llegamos a una transición de pastos a un terreno adehesado cuajado de encinas. Finalmente, Ledesma aparece ante nosotros, cruzamos el puente viejo y recorremos parte de la antigua muralla.
Para poner la guinda al pastel, una vez recogidas las bicis, nos acercamos en coche al puente mocho en la antigua vía romana que unía Coria con Zamora. Mereció la pena meterse con el coche hasta el último tramo circulable, porque el puente y lo que le rodeaba daba un aire inspirador que nos transportaba dos milenios atrás cuando era una provincia romana y las preocupaciones eran muy distintas a las actuales.
III Cáparra y Granadilla, tocando el cielo de las rutas romanas
En nuestro tercer día de rutas madrugamos para conducir hasta Abadía, provincia de Cáceres, en la que es la primera ruta extremeña de Biking Hell como dúo. Aparcamos junto a la piscina fluvial del mencionado pueblo y continuamos por pistas siguiendo el curso del río Ambroz hasta la piscina natural de La Granja. A partir de aquí la falta de actualización de Google Maps nos juega una mala pasada al mostrarnos un puente inexistente que cruza el río. A pesar de que intentamos buscar el paso y el camino que llevaba al mismo.
Como suele ser en Biking Hell, no lo encontramos, atravesamos campos buscando una alternativa y acabamos desandando el camino. 40 minutos y 4 km después volvemos a la carretera por donde teníamos prevista la vuelta. Así que convertimos la vuelta en ida y quedamos pendientes de buscar una alternativa.
Continuamos por carretera hasta alcanzar la Vía de la Plata y la seguimos hasta la ciudad romana de Cáparra. Pasamos bajo el arco tetrapilo, icono de la Vía, visitamos el yacimiento arqueológico y nos comimos el bocata a la sombra de una encina.
Para el camino de vuelta improvisamos una alternativa por la margen derecha del río Ambroz rodeando el pueblo de La Granja. Visitamos el convento de la Bien Parada y cerramos la ruta. Con las bicis ya recogidas nos acercamos en coche al pueblo amurallado de Granadilla, junto al embalse de Gabriel y Galán y visitamos las murallas y el castillo.
La verdad es que las rutas fueron excelentes aunque el algún momento sobraran kilómetros o el jodido Google Maps nos dejara tirados. La zona que delimita Salamanca y Cáceres son una parte del país que merece la pena visitar, por lo desconocido y lo poco apreciado. Solo la Vía de la Plata y los montes que separan las provincias merecen un apartado. Debajo los links a las tres rutas en Relive para que podáis repetir nuestros viajes astrales.