Brutalismo Google Maps
Dado que cada vez está más difícil contar con mi compañero de andanzas y GPS humano, poco a poco he tenido que improvisar y crearme rutas propias y nuevas. Cosa complicada, dado que los centros de acción de Euskal Herria y Cantabria, los tenemos más que repasados. Así que usando Google Maps y yendo a ciegas en cuanto a ascensos acumulados, decidí hacer una ruta triangular desde Pomaluengo.
Con un móvil viejo y semi destruido y cuya batería dura lo justo, salí de casa con una vaga idea de lo que iba a hacer. Siguiendo la vía verde del Pas, me dirigí hacía Villegar (lugar de las Casucas de Villegar a unos 17km) un barrio del increíble Valle de Toranzo encajonado en el monte, con la intención desde ahí de subir un puerto de segunda Categoría hasta Castillo de Pedroso.
Primer Downerismo que, sin la ayuda del gps humano, casi me vuelve loco. Un laberinto de calles junto a la demencial ausencia de señalizaciones que plaga Cantabria hizo que me pasara un cuarto de hora haciendo caso a la voz del google maps mientras daba vueltas sobre mi mismo.
Al final llegué a donde me enviaba el aparato de marras y me encontré con el típico cercado radical y sin contemplaciones del mundo rural. Como siempre recurrí al mundo físico y pregunté. Marcha atrás dos kilómetros y subir desde San Vicente de Toranzo.
Lo que me esperaba, 5 km y 450 m de pendiente. Con paciencia y a ritmo Nintendo llegué orgulloso a la cima.
Poco Castillo había presente, y aunque el pueblo era chulo, apenas dio tiempo a parar, para moverme a la siguiente etapa. 3Km hasta Quintana de Toranzo, un pueblo aún más incrustado en el monte, muy aislado. De ahí todo se suponía, en mi pobre intuición en estos temas, que iba a ser pan comido. (8 Kilómetros hasta Hijas).
Menudo infierno, tras un agradable descenso de un par de kilómetros, la voz me advirtió de un giro a la izquierda en medio de la nada. Por más que miraba, solo había una rampa infernal a mi lado, que yo rogaba no fuera la adecuada. Por desgracia lo era, tras descender unos 200 metros de cota, tuve que subir otros tantos de roca correosa y sol machacante. Otro breve descenso parece que me aseguraba la victoria final, pero no, como va a ser tan faćil. Una nueva rampa, si cabe más infernal que la anterior me llevó a un alto de lo más surrealista. Con 3 opciones y el móvil dándome indicaciones relativas a los puntos cardinales que me sonaban a ruso arcaico, decidí entrar en una finca que tenía un cartel que decía “Coto de Caza Deportiva”. De perdidos al río.
Dos Kilómetros de descenso brutal con rocas del tamaño de mis ruedas, me atormentaron hasta que al final una carretera agradable y bastante asfaltada dado lo aislado del lugar. De allí al barrio de Las Hijas, que por supuesto no contaba con cartel de ningún tipo. Me dirigí hacia la carretera más decente de las presentes y el gps decidió desconectarse. Aislado, con paredes de piedra rodeándome por todos los costados y la batería del móvil a punto de agotarse, un terror indefinible empezó a trepar por mi columna.
Tras situarme en una zona más poblada del barrio, todo empezó a funcionar…resultaba que estaba al lado de Puenteviesgo, apenas a 10 km de casa. Un paseo comparado.
Dificultad: Máxima
Duración: 5 horas
Downerismos: Leves, pero desesperantes
Repetición: En coche como mucho
Strava: No disponible, Javi se encarga de esas cosas